martes, 5 de mayo de 2009

Informes Geográficos: Kiruna - Parte 4

Y PROSIGUE EL VIAJE

Tras las aventuras en el Hotel de Hielo y con las motos de nieve, nos dispusimos a irnos al monte. Sí, como suena. Nos fuimos a un tour por la naturaleza, llamado
Wilderness Tour, consistente en pasar varios días en un pequeño complejo de casas de madera perdido allí enmedio de toda la nieve. Diversas fueron las actividades que se nos ofrecieron y dos días fue el tiempo que permanecimos allí; no obstante, vayamos paso a paso.

LA LLEGADA

Partimos de Kiruna en taxi. Los taxis de Kiruna son curiosos ya que, al vivir del turismo grupal, los taxis allí no son coches sino furgonetas. Al menos yo no vi coche alguno que hiciera las veces de taxi. Una vez llevados al punto de partida nos dispusimos a marchar hacia el campamento. ¿Cómo iríamos? Había dos opciones y todos emplearíamos ambas, aunque en diferente orden. Las opciones eran: motos de nieve (snowmobiles) o... ¡trineos de perros!


Aquí puede verse el frío que, entre otros, estaba pasando el perro que hay en primer plano

Que conste que no me hace ninguna gracia que se use a los animales de esa forma y luego se justifique como hicieron estos suecos
"No... si a estos animales les gusta mucho correr... disfrutan mucho tirando del trineo..." "Claro", pienso yo, "como si conocieran alguna otra cosa..." En fin, poco podía hacer yo al respecto más que hacer cuatro mimos a los caninos antes de partir.

Tras un viaje relativamente largo conduciendo las motos y los trineos llegamos al campamento.


EL CAMPAMENTO

El campamento consistía, básicamente, en unas 5 ó 6 cabañas, una pequeña barbacoa y una sauna. Todo ello de madera. El emplazamiento del campamento era la ladera de una pequeña montaña y junto a un lago absolutamente cubierto de hielo (por el que llegamos) y un río semi-congelado y algo embravecido al cual nos recomendaron no acercarnos. Además, menuda sorpresa la nuestra cuando vimos que, junto al campamento, tenían una zona verjada en la que podían verse...



... ¡renos! Era la primera vez que la mayoría de nosotros veíamos renos, y verlos tan de cerca fue algo muy bonito.

Y ésta es una vista panorámica del campamento (aunque, claramente, tengo que mejorar mi técnica a la hora de hacer panorámicas... :-S me ha salido un poco churrera, pero es lo que hay...):


Por otro lado, había una cabañita que se usaba a modo de baño (para las damas y para hacer aguas mayores), ya que el
meadero masculino era éste:

Lugar para hacer pee (/pi:/)

Aquí podemos ver la barbacoa:


¿Qué esperábais? ¿Que estuviera al aire libre? Bastante teníamos con intentar entrar en calor ahí dentro con los -12 grados que hacía fuera. Por cierto, la casetilla que está en alto aún hoy desconozco para qué servía.

Además de todo esto, si queríamos hacer fuego para calentarnos, obviamente, había que cortar la madera.


Y aquí podemos ver (a la derecha) la que fue nuestra cabaña durante nuestra estancia en el campamento:


Sin ambargo, también había un lugar en el que hacer hogueras al aire libre para poder hacer un poco el ganso en grupo:

Lucía y Luis junto a la hoguera ya de noche

AL DÍA SIGUIENTE

Al día siguiente decidimos dar una vuelta por los alrededores del campamento. Lo primero que pudimos ver fue esta simpática ardilla:


además de este reno, al que dejaron pasear suelto:


El paisaje y los contrastes de formas y colores de los que pudimos disfrutar nos dejaron casi sin aliento.






EL REGRESO

Y por la tarde llegó momento de emprender el regreso a la civilización. El viaje de vuelta se haría de un modo similar al de ida: tanto con motos de nieve como con trineos de perros.



CONCLUSIONES Y ANOTACIONES

Vale la pena mencionar que en el campamento, uno de los encargados era un sami con malas pulgas que parecía más un investigador privado que un monitor.
También comentaré que algunos de los mexicanos que vinieron en mi mismo trineo en el camino de vuelta me dieron el viaje. Está bien que hagan el ganso si quieren, pero podrían respetar un poco el material (las mochilas y bolsas) de los demás. ¿O no?

Poco más que comentar sobre el tema. Espero que os haya gustado... Esto... ¿hola? ¿hay alguien ahí? ¿alguien me lee?... Ya sabía yo que tenía que hacer entradas más cortas en el blog...

¡Gracias por leer!

3 comentarios:

Jarke dijo...

Ey, ¡hola!

Lo cierto es que ese tipo de perros tiran de trineos por instinto. Eva tiene un alaska, que nunca ha tirado de trineos, pero al montarte en uno, automáticamente se pone a estirar de la cuerda como un loco.

¡Y no son alces! Son renos, como los de Papá Noel, xDD

Rober Rodríguez dijo...

Hola Rubén!

Si es que las cosas no se pueden hacer con prisas... porque uno va y la lía... voy a editar la entrada para ponerle el nombrecido apropiado a los cornúpedos estos...

Lo de los perros, sea por instinto o no, no me termina de hacer gracia. Es lo mismo que ocurre con los caballos, no me hace gracia que se les monte, pero en fin... así es la vida; no voy a cambiar yo el mundo, y mucho menos cuando son cosas que se vienen haciendo desde siempre...

Un saludo!

Jarke dijo...

Sí, es cierto que una cosa es que el animal tenga el instinto, y otra que se le obligue a hacerlo todos los días mientras aguante. Pero en fin, como dices tú...